Nos levantamos Inma y yo a las siete de la mañana, para poder salir del camping a las 9:30 horas. Como sabéis tenemos dos niños pequeños. Utilizamos el bus de camping que nos dejó en Port Maillot. Nuestra primera parada era ir a Montmarthe para ver la basilique du Sacré-Coeur, espectacular, para nosotros de lo mejor de París. Tiene una vista preciosa, suele haber algún músico tocando. Nosotros escuchamos a uno tocando el arpa, un momento fenomenal, ya que los niños con tanta escalera se ponen nerviosos y no es un sitio muy seguro para ellos.
Pues estamos en Port Maillot, cogimos el metro, bajándonos en la estación de Anvers. Nos dejó delante del famoso Moulin Rouge.
Nosotros subimos hasta arriba andando, pero tienes la posibilidad de hacerlo en un pequeño teleférico que salva una escalinata. Mis niños subieron sin problema, además las colas que se forman para subir y el precio invita al ejercicio.
Sacamos fotos, entramos en el templo y seguimos la ruta. Es un sitio precioso, son sus calle que invitan a pasear, la idea era ir descendiendo poco a poco. Nos fuimos en dirección al barrio de Montmarthe, con su plaza con una multitud de pintores de todo tipo, sobre todos los dedicados a hacer caricaturas, no se puede resistir uno a inmortalizarse en un papel.
Luego nos fuimos al cementerio de Montmartre, donde vimos la tumba de Zola, Berlioz, el autor de la dama de la camelias y nos pudimos ver la de Alejandro Dumas, ya que había obras de restauración.
Nos habían hablado de las Galerías LaFayette, pero su belleza no está en su interior, sino en su terraza. Hay una vista fenomenal de París. Llevaros algo de beber, comer no dejan, se está de vicio.
Luego callejeamos en dirección a la Opera Garnier y la La Madeleine, preciosas. Las comidas las organizamos con bocatas, que nos permiten parar en cualquier sitio y a poder ser en un parque con diversión para los peques.
El equipo siempre es el mismo, una mochila para Inma y para mí, con agua, embutido, pan, chuches, ropa, cámaras. Los niños se llevaban a ellos mismos.
Toca recogernos por lo que volvimos al metro en dirección Port Maillot y vuelta al camping. Mañana toca premio y nos vamos e Eurodisney, los niños lo saben y hay un día de trabajo y otro de diversión.
En París no se os ocurra usar el coche, el metro soluciona todos vuestros problemas y sino toca caminar.
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